Año 2020 🔙

No veíamos la gravedad del asunto, así que estábamos tranquilos.En el gimnasio también tenía una tienda; esta me ayudaba a cumplir con mis obligaciones familiares.Mi vida parecía estar bajo control, pero el fenómeno de la pandemia me demostró lo contrario. Pronto, mis clientes y las personas empezamos a caer en ese entorno peligroso de salir a las calles. Llegó el encierro y con él una caída de ingresos. Decenas de preocupaciones empezaron a salir a flote: tenía una familia, muchas deudas y no me podía quedar cruzado de brazos a esperar a que pasara.

"Empecé a entender cómo funcionaban los productos y cómo podía distribuirlos. Quedé encantado con la excelente acogida que la sociedad les daba. En ese momento, sentí un gran alivio, como si mis pulmones se hubieran llenado de nuevo de aire fresco. Gracias a esos nuevos ingresos, pude cubrir todos mis gastos: la nevera estaba llena, los servicios pagos, las deudas reducidas y, en general, pude disfrutar de una vida más tranquila.

Con el tiempo y la experiencia, mis habilidades comerciales fueron mejorando. Llegó un punto en el que las ganancias de estas ventas superaron con creces lo que ganaba en el gimnasio. Había desbloqueado un nuevo estado mental, una perspectiva completamente diferente sobre mi futuro"

"Y no hacer la historia muy larga, la pandemia fue cediendo. Pero para ese momento, amaba tanto esa nueva empresa. Me había permitido crecer, creer y lo mejor de todo, tenía un sistema. Nunca en mi vida había tenido uno así. Lo más cercano que viví a eso fueron los estudios que había tomado, pero para ser sincero, eso se quedaba pequeño comparado con lo que ofrecía mi compañía. Y es que, cuando hablo del sistema, no me refiero solo a las ventas. Aquí teníamos nuestra propia universidad y una comunidad ganadora que nos enseñaba mucho más allá del dinero. Ámbitos como el crecimiento personal, emocional y financiero me hicieron amar la industria."